Libro. El historiador Alejandro Rosas habla de la heroína, y dice que “valía la pena acercarse a un personaje que tuvo su año oficial en el 2020, pero que con la pandemia se fue perdiendo”/ , Leona encontró en la causa de Independencia una causa que seguir, que defender y apoyar, añade

 

Leona puso todo en riesgo, sin embargo, nunca le temblaron las manos a sus 24 años de edad, dice Alejandro Rosas. Foto: Siglo Nuevo

 

Leona Vicario (Ciudad de México, 1789-1842) se convirtió en una insurgente que vivió a salto de mata, comió lo que pudo, se refugió en una cueva y conoció a José María Morelos y a Vicente Guerrero, quienes le tuvieron un gran respeto porque sostuvo económicamente el movimiento de Independencia, consiguió armas, mandaba pertrechos y medicinas.

 

Esos datos los narra el historiador Alejandro Rosas (Ciudad de México, 1969) en el libro Leona Vicario que edita el Fondo de Cultura Económica (FCE) en la colección Vientos del Pueblo, cuyo costo es de 12 pesos.

 

“Valía la pena acercarse a un personaje que tuvo su año oficial en el 2020, pero que con la pandemia se fue perdiendo”, expresa.

 

Leona Vicario fue una periodista que creyó en la causa de la Independencia, convicción que la llevó a prisión y de donde escapó para unirse a la lucha de Morelos en Oaxaca, entidad donde alcanzaría a su esposo: Andrés Quintana Roo.

 

“La historia siempre fue escrita por hombres, entonces la visión es totalmente masculina y quizá por eso de pronto se hablaba graciosamente de algunos personajes femeninos, para mucha gente Leona Vicario era la esposa de Andrés Quintana Roo y no era Leona Vicario por sí misma”, señala Alejandro Rosas.

 

Lo que nos permite conocer hoy a este personaje es que ella se sostiene sola sin necesidad de Andrés Quintana Roo, aunque fueron esposos, tuvieron familia y vivieron juntos hasta el final de sus tiempos, se puede contar la historia de ella sin necesidad de decir que fue la esposa de alguien, añade.

 

El libro inicia con la respuesta que Vicario dio a Lucas Alamán, ministro de relaciones exteriores e interiores del país en 1831, quien dijo que Leona se había unido a la causa de insurgencia por amor.

 

“Me gusta mucha esa defensa que ella hace, sin que existiera el feminismo ni la equidad de género porque el caso de Leona es un caso atípico y creo que también tiene que ver con una familia muy sui generis que le permitió y alentó el conocimiento intelectual, la lectura, el desarrollo de las artes, creció siendo hija única y muy libre. Al final, Leona encontró en la causa de Independencia una causa que seguir, que defender y apoyar”, indica.

 

Rosas destaca que Vicario fue una persona coherente. “No es que defendiera y luego cambiara de chaqueta, toda su vida defendió la idea de que la Independencia era lo mejor”.

 

Otro elemento que señala el historiador es que no se necesita ser pobre o del pueblo oprimido para poder defender una causa. “Eso es importante en Leona, que puedes ser de cualquier parte de la sociedad mexicana y defender una idea, una causa, un proyecto. Nos ha sesgado demasiado la historia para pensar que los pobres que han sufrido son los únicos que pueden defender la causa”.

 

Rosas también comenta que a veces pareciera que es necesario encontrar el equivalente en mujer de Miguel Hidalgo, Ignacio Allende o Morelos.

 

“No lo vamos a encontrar porque el contexto de la mujer en esas épocas era distinto, lo que podemos encontrar es este tipo de ejemplos como el de Leona que hicieron mucho en su contexto, ella alentó la Independencia desde la Ciudad de México dentro de la sociedad criolla”.

 

MUJERES INSURGENTES. Un acontecimiento que impulsó a Leonora Vicario a no rendirse fue el fusilamiento de la insurgente Carmen Camacho.

 

“Sabía que estaba en juego su pellejo, no se iban a tentar las autoridades novohispanas con ella, al igual que sucedió con Gertrudis Bocanegra o Carmen Camacho. Hubo mujeres fusiladas por el gobierno virreinal. Leona supo de esa noticia y aun así asumió la causa, tanto que fue procesada pero terminó escapando de la prisión en la Ciudad de México para unirse a la causa de Morelos en Oaxaca”, indica Alejandro Rosas.

 

El historiador resalta que Leona puso todo en riesgo, sin embargo, nunca le temblaron las manos a sus 24 años de edad.

 

“Siempre fue muy sencilla a pesar de que venía de buena cuna y acostumbrada a una servidumbre en casa, evidentemente cuando entra en los terrenos insurgentes asume la responsabilidad de la insurgencia: sabe que no tendrá recursos, vivió a salto de mata, comió lo que se podía y se adaptó tanto que terminó viviendo en una cueva”, indica.

 

-¿Las efemérides son una oportunidad para difundir la historia?

 

-Sí. Lo que no me parece es utilizarlas políticamente. Ahora tendríamos que estar hablando y discutiendo lo que fue 1521, la caída de Tenochtitlan, la fundación de México, pero esta politización de que si una carta o que el rey de España nos debe pedir disculpas, me parece que sale sobrando.

 

“Eso es la utilización de la historia en términos políticos, qué bueno que este régimen traiga la idea de hablar de historia, qué mal que utilice mucha de la historia en términos políticos”, responde