El trabajo arqueológico busca entender la vida cotidiana de quienes vivieron en este sitio de Galilea, durante el primer siglo después de Cristo.

 

En la región de Galilea, Israel -donde Jesús conociera a María Magdalena, y transcurriera una gran parte de su vida pública- se encuentran las ruinas de una de las siete sinagogas más antiguas. Desde hace 10 años, la mexicana Marcela Zapata-Meza dirige el proyecto arqueológico que pretende desenterrar y entender la vida cotidiana de quienes vivieron en este sitio durante el primer siglo después de Cristo.

 

“Si en nuestra investigación descubrimos un documento o inscripción que hable de los cristianos de Magdala será un gran hallazgo, pero nuestra búsqueda no está encaminada al ámbito de la fe, sino de la ciencia y lo que la ciencia nos aporte. En ese sentido lo que nos interesa es conocer la vida cotidiana de los judíos y posiblemente de los primeros cristianos que vivieron en esta región”, explica la doctora Zapata-Meza.

 

En conversación con Crónica, la directora del proyecto apunta que la arqueología ayuda a confirmar o desmentir  las fuentes históricas, por lo que un gran aporte de esta investigación sería poder determinar qué etnias o grupos sociales vivieron en este lugar, si los asentamientos judíos eran ortodoxos o no practicantes, y aclarar el reparto de actividades por cuestión de género.

 

“Algo importante que creo que aportaría mucho a la historia sería poder determinar los roles que juagaban históricamente los hombres y mujeres en el ámbito judío del siglo primero. Tenemos fuentes históricas que nos ayudan a comprender la vida, pero sabemos que quienes escriben no necesariamente lo hacían de manera objetiva. Tenemos que ver quien lo escribió, en qué momento, y si tenía alguna intención particular”, ahonda.

 

Señala que, de momento, tienen algunas teorías sobre la elaboración de ungüentos medicinales con sales minerales, que sugieren la participación de las mujeres, y detalla que se encuentran en espera de resultados de laboratorio que esclarezcan cómo se elaboraban. Posteriormente, podrán comparar la información con otros sitios donde se tenga reporte de estas actividades y determinar si en efecto su producción correspondía a la población femenina, lo cual aportaría mucho a la conversación actual sobre el género.

 

Por otra parte, comenta que a causa la pandemia de covid-19, el calendario del proyecto arqueológico se vio retrasado un año entero.

 

“Queríamos festejar el aniversario del proyecto con la publicación de un libro que va a reportar los análisis de hallazgos realizados del 2017 al 2019 de manera interdisciplinar, la visión cronológica, histórica, y de la vida cotidiana de Magdala. La publicación se tenía contemplada para noviembre 2020, pero por la pandemia tuvimos que retrasar todo un año. Afortunadamente, la editorial Archaeopress, con la que vamos a publicar, está consciente de la situación. Serán 2 volúmenes, que nos esperan a que podamos viajar a Israel y sacar adelante los dibujos arqueológicos que hacen falta de dos materiales en particular: cerámica y lámparas de aceite”, informa Zapata-Meza.

 

Detalla que la publicación incluye elementos del proyecto mismo -cómo surgió, sus objetivos iniciales-, así como resultados de los análisis de objetos y materiales -vidrio, metales, hueso, lámparas de aceite, resina de molienda- que dan una idea de lo que fue la vida en este sitio; y si bien los apartados sobre análisis de materiales contienen mucha información técnica relevante para el gremio,  también incluirá capítulos historiográficos sobre la vida en Magdala y su relación con Jerusalén, redactados en un lenguaje accesible para la población general.

 

Agrega que el proyecto, encabezado por equipo de la Universidad Anáhuac,  cuenta con la participación del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y  de la Universidad de Valencia (España), en cuyos laboratorios se han arrojado datos sobre la dieta de los pobladores y el uso que se daba a las miniaturas de vidrio. También participan las universidades de Ariel, Haifa, Tel Aviv (Israel) y la universidad Rey Juan Carlos (España), entre otras instituciones que han colaborado en la conformación de los 27 capítulos previstos para la publicación.

 

En cuanto al estado del sitio, la arqueóloga destaca la importancia de los trabajos de conservación arquitectónica de pisos de basalto, muros, baños de purificación ritual, y mosaicos; así como la revisión completa del sitio que se realiza de manera anual -“pues es un lugar que está a orillas del mar de Galilea y es un lugar muy húmedo por las lluvias”, menciona-, y que serán el enfoque de este 2021.

 

Añade que la última temporada de excavación fue en el 2017, y retomarán la próxima en 2022.