Es una palabra más suave ante otras como “pandemia”, dice en entrevista Gonzalo Celorio, director de la Academia. Otras más como “crisis” y “cuarentena” han cambiado frente al COVID-19.

 

“Contingencia” es una palabra más suave que “pandemia”, y la usamos porque el mexicano prefiere los eufemismos: Celorio. (Foto: Cuartoscuro)

 

"Cuarentena", “contingencia”, “crisis” y “virtual” son palabras que dominaron en el vocabulario de los mexicanos durante el último año y son palabras que han cambiado su significado en el contexto de la pandemia por COVID-19.

 

Crónica presenta una entrevista con Gonzalo Celorio (Ciudad de México, 1948), director de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), para hablar de los términos que el país presentó ante la Asociación de Academias de la Lengua Española.

 

“La Asociación de Academias de la Lengua Española presenta las palabras que han sido utilizadas con mayor frecuencia y con una significación particular. La Academia Mexicana de la Lengua ha aportado las cinco palabras que ha considerado más relevantes en el transcurso del último año, desde mediados de 2019 hasta la fecha”, explica Celorio.

 

Las palabras que presentó la AML fueron estudiadas por la Comisión de Lexicografía y tienen que ver con la actual pandemia.

 

“La más relevante fue ‘contingencia’. Esta palabra es interesante porque frente a otras más fuertes como ‘pandemia’ o ‘epidemia’ que implican enfermedad, contingencia es una palabra más suave. En la cultura mexicana con mucha frecuencia utilizamos eufemismos, por ejemplo, le llamamos temblor al terremoto”, señala el también ensayista.

 

Es una manera muy propia de la cultura mexicana nombrar las cosas de una manera más suave, más cortés, más delicada, añade Celorio.

 

“La palabra ‘contingencia’ se usa ahora referida específicamente a la pandemia, pero la palabra ‘contingencia’ es más amplia, es decir, no necesariamente se refiere a una enfermedad, significa la concurrencia de algunos factores contextuales y nada más, sin mayor carga”, detalla.

 

Otra palabra que presentó la AML fue “crisis” porque ya no alude a un fenómeno puntual y pasajero.

 

“Se está usando con un sentido de durabilidad mayor de su significación habitual, como si esta crisis que vivimos realmente al no tener un fin preciso, un calendario específico, se volviera permanente contradiciendo el sentido mismo de la palabra”, indica.

 

Una palabra más en el vocabulario frecuente de los mexicanos es “virtual” que significa lo posible, algo que se va a realizar en el futuro y que están dadas las condiciones para que se realice.

 

“Cuando se elige a un presidente y todavía no toma posesión, se dice que es el presiente virtual, es decir, es un presidente que tomará posesión dentro de un plazo determinado. Esa palabra la estamos aplicando ahora a todo aquello que no es analógico, es decir, a todo el sistema de comunicación que se ha implementado de manera notable en este momento del confinamiento por la comunicación electrónica. Entonces, decimos que tenemos conferencias virtuales, sesiones virtuales, asambleas virtuales”, precisa.

 

ORGANISMO VIVO. Gonzalo Celorio afirma que los dueños de la lengua no son los miembros de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), sino los hablantes.

 

“Los verdaderos dueños de la lengua son los hablantes, no los académicos. Los académicos registramos lo que los hablantes dicen como algo aceptado por la comunidad hispanoparlante. La Academia cumple una función descriptiva más que una función normativa”, expresa.

 

— ¿La palabra “cuarentena” también ha cambiado?

 

— “Cuarentena” fue la primera que se presentó. Ha cambiado de significación. Seguimos hablando de cuarentena para hablar de confinamiento, pero también desde un principio hubo una tergiversación del origen de la palabra porque alude al número de días que se tenía que preservar una persona infectada para no ser contagiosa.

 

“Eso duraba 40 días y sucede que hay una devaluación como si fuera la moneda, entonces ya tenemos cuarentenas de 14 días, un número menor de días”, responde.

 

No obstante, Celorio opina que la etimología nunca debe ser juzgada como criterio de corrección.

 

“Evidentemente la lengua es un organismo vivo que cambia y muchas palabras van adquiriendo significaciones distintas a las que tenían originalmente. Por ejemplo, la palabra ‘meticuloso’ viene del latín y significa miedoso, pero ahora la palabra meticuloso nada tiene que ver con el miedo, sino con el orden, cuidado y la delicadeza con que se hace algo”, comenta.

 

Para el director de la AML, “la referencia etimológica no es más que una curiosidad siempre muy interesante, pero no necesariamente se aplica como criterio de corrección”.

 

— ¿Qué opina sobre nombrar “nueva normalidad” a lo que vivimos?

 

— Si los hablantes ya están utilizando “nueva normalidad” es porque la normalidad precedente a la pandemia tenía ciertas características que no necesariamente se mantendrán después de la pandemia, hay muchos elementos de carácter cultural, lingüístico y comunicativo.

 

“Estoy seguro de que habrá cambios muy notables. Quizá la gente ya no se salude de beso tan frecuentemente y no se dé las manos, seguramente habrá una normalidad distinta y se le está adjetivando como nueva normalidad. Creo que todavía es muy temprano para hablar de la nueva normalidad porque no hemos salido de la pandemia”.

 

En ese sentido, Celorio observa con ese término, “una connotación de apetencia, de deseo de que salgamos de la pandemia y estemos en una normalidad finalmente. Lo que sí es cierto es que estamos en una condición anormal, totalmente anómala, inédita, con ciertas características que ha roto con la normalidad previa”.