Bautizado con el nombre de SpiNNaker, se espera que nos ayude a entender mejor cómo funciona nuestro cerebro y, por tanto, las enfermedades neurológicas.

 

Un grupo de científicos de la Universidad de Mánchester, en Reino Unido, ha puesto en marcha, por primera vez, el superordenador neuromórfico más grande del mundo, diseñado y construido para funcionar de la misma forma que lo hace el cerebro de un ser humano. Para ello, lo han equipado con un millón de procesadores.

 

Esta supercomputadora ha sido bautizada con el nombre de Spiking Neural Network Architecture –o, en su forma más abreviada, SpiNNaker–, y es capaz de completar más de 200 billones de acciones por segundo. Esta nueva máquina ha requerido una inversión de 15 millones de libras (unos 17,2 millones de euros), veinte años para trabajar en su concepción y más de una década para su fabricación, que dio comienzo en el año 2006, según explica el centro educativo y de investigación a través de una nota de prensa.

 

El SpiNNaker, construido en la Escuela de Ciencias de la Computación de la Universidad de Mánchester, es capaz de modelar más neuronas biológicas en tiempo real que cualquier otra máquina sobre la faz de la Tierra. Las neuronas biológicas son células cerebrales básicas presentes en el sistema nervioso que se comunican principalmente al emitir picos de energía electroquímica pura. La computación neuromórfica, explican los investigadores, emplea sistemas informáticos a gran escala que contienen circuitos electrónicos para imitar estos picos en una máquina.

 

A diferencia de los ordenadores convencionales, que se comunican enviando grandes cantidades de información desde el punto A al B a través de una red estándar, SpiNNaker imita la arquitectura de comunicación del cerebro para enviar señales simultáneamente a miles de destinos, comportándose más como lo hace la red neuronal del cerebro.

 

Una vuelta de tuerca

Steve Furber, profesor de Ingeniería Informática en dicho centro universitario y responsable de concebir la idea de crear un ordenador de estas características, explica que “SpiNNaker replantea por completo la forma en que funcionan los ordenadores convencionales. Básicamente, hemos creado una máquina que funciona más como un cerebro que como una computadora tradicional, lo que resulta extremadamente emocionante”.

 

Desde abril de 2016, SpiNNaker ha estado simulando la actividad de las neuronas usando medio millón de procesadores centrales, pero la máquina hoy cuenta con el doble de esa capacidad, comenta Furber. Con el apoyo del Proyecto Cerebro Humano (HBP, por sus siglas en inglés), un proyecto médico-científico y tecnológico financiado por la Unión Europea, SpiNNaker continuará permitiendo a los científicos crear modelos cerebrales detallados.

 

Los investigadores se han puesto como meta modelar hasta mil millones de neuronas biológicas en tiempo real, y están cerca de conseguirlo. ¿Pero qué implica eso? ¿Acaso SpiNNaker está cerca de comportarse como un cerebro humano real? La respuesta es no. Para que nos hagamos idea de la escala, explican que en un cerebro de ratón encontramos en torno a 100 millones de neuronas, mientras que en el humano la cifra es mil veces mayor (es decir, 100.000 millones de neuronas), con lo que aún estaríamos muy lejos.

 

Entonces, ¿para qué pueden usar este superordenador que funciona como un cerebro? Entre sus principales aplicaciones estará el de ayudar a los neurocientíficos a entender mejor cómo funciona nuestro propio cerebro –y, por tanto, enfermedades neurológicas como el párkinson–, y lo consigue realizando simulaciones en tiempo real que no sería posible llevar a cabo con otras máquinas.

 

Imagen: Universidad de Manchester