En Internet abundan los blogs de bienestar que recomiendan el yoga para una mejor vida sexual. ¿La ciencia respalda estas afirmaciones?

 

La investigación actual apenas está comenzando a desentrañar los numerosos beneficios para la salud de la antigua práctica del yoga. Estudios recientes demuestran que el yoga reduce la respuesta inflamatoria del cuerpo, contrarresta la expresión genética que predispone a las personas al estrés, reduce el cortisol y potencia una proteína que ayuda al cerebro a crecer y mantenerse joven y saludable.

 

Además de todos estos beneficios, practicar yoga nos hace sentir bien. Entrar en contacto con nuestros cuerpos puede ser reconfortante, reparador y físicamente placentero. Sin embargo, ¿pueden las posturas de yoga mejorar nuestra vida sexual? Echemos un vistazo a lo que dice la ciencia.

 

El yoga mejora la función sexual en las mujeres

 

Un estudio publicado en The Journal of Sexual Medicine descubrió que el yoga podía mejorar la función sexual, especialmente en mujeres mayores de 45 años. El estudio examinó los efectos de 12 semanas de yoga en 40 mujeres que informaron sobre su función sexual antes y después de las sesiones de yoga.

 

Después del período de 12 semanas, la función sexual de las mujeres había mejorado significativamente en todas las secciones del Índice de Función Sexual Femenina: "deseo, excitación, lubricación, orgasmo, satisfacción y dolor".

 

Hasta el 75% de las mujeres informaron una mejora en su vida sexual después del entrenamiento de yoga.

 

Como parte del estudio, todas las mujeres recibieron formación sobre 22 posturas, o yogasanas, que se cree mejoran los músculos abdominales centrales, mejoran la digestión, fortalecen el suelo pélvico y mejoran el estado de ánimo. Algunas de estas posturas fueron: trikonasana (también conocida como la pose del triángulo), bhujangasana (la serpiente) y ardha matsyendra mudra (señor de los peces).

 

El yoga mejora la función sexual en los hombres

 

El yoga no beneficia solo a las mujeres. Un estudio análogo condujo al Dr. Vikas Dhikav, neurólogo del Hospital Dr. Ram Manohar Lohia en Nueva Delhi (India) a examinar los efectos de un programa de yoga de 12 semanas sobre la satisfacción sexual de los hombres.

 

Al final del período de estudio, los participantes afirmaron sentir una mejora significativa en su función sexual, según lo evaluado por el cociente sexual masculino estándar.

 

 

Los investigadores encontraron mejoras en todos los aspectos de la satisfacción sexual masculina: "deseo, satisfacción sexual, rendimiento, confianza, sincronización con la pareja, erección, control eyaculatorio, y orgasmo".

 

 

Además, un ensayo comparativo llevado a cabo por el mismo equipo de investigadores descubrió que el yoga es una alternativa viable y no farmacológica a la fluoxetina (Prozac) para tratar la eyaculación precoz.

 

Incluía 15 posturas de yoga, desde las más fáciles (como Kapalbhati, que implica sentarse con la espalda recta en una posición de piernas cruzadas, con el pecho abierto, los ojos cerrados, las manos sobre las rodillas y los músculos abdominales contraídos) hasta las más complejas (como dhanurasana, o la "postura del arco").

 

Mecanismos del yoga para un mejor sexo

 

Exactamente, ¿cómo mejora el yoga nuestra vida sexual? Una revisión de la literatura existente dirigida por investigadores del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Columbia Británica (UBC) en Vancouver, Canadá, nos ayuda a dilucidar algunos de sus mecanismos.

 

Los expertos explican que el yoga regula la atención y la respiración, disminuye la ansiedad y el estrés y regula la actividad nerviosa parasimpática, es decir, activa la parte del sistema nervioso que le indica al cuerpo que se detenga, relaje, descanse, digiera, baje la frecuencia cardíaca y desencadena cualquier otro proceso metabólico que induzca la relajación.

 

"Todos estos efectos están asociados con mejoras en la respuesta sexual", escriben los autores, por lo que es "razonable que el yoga también se asocie con mejoras en la salud sexual".

 

También hay mecanismos psicológicos en juego. "Se ha descubierto que las mujeres que practican yoga tienen menos probabilidades de criticar sus cuerpos y de ser más conscientes de su yo físico". "Esta tendencia, a su vez, puede estar asociada con una mayor responsabilidad sexual y asertividad, y tal vez deseos sexuales".

 

¿Podemos confiar en estas evidencias?

 

Los estudios que realmente han probado los beneficios del yoga para la función sexual siguen siendo escasos. Además, la mayoría de los estudios mencionados anteriormente -que encontraron mejoras en la satisfacción y función sexual tanto para hombres como para mujeres- tienen un tamaño de muestra bastante pequeño y no contaron con un grupo de control.

 

Sin embargo, estudios más recientes, enfocados en mujeres que tienen disfunción sexual además de otras condiciones, han arrojado evidencia más sólida.

 

Por ejemplo, un ensayo controlado aleatorio examinó los efectos del yoga en mujeres con síndrome metabólico, una población con un mayor riesgo de disfunción sexual en general. Para estas mujeres, un programa de yoga de 12 semanas condujo a una "mejora significativa" en la excitación y la lubricación, mientras que tales mejoras no se observaron en las mujeres que no practicaban yoga.

 

También se encontraron mejoras en la presión arterial, lo que llevó a los investigadores a concluir que "el yoga puede ser un tratamiento efectivo para la disfunción sexual en mujeres con síndrome metabólico, así como para los factores de riesgo metabólicos".

 

Así que, aunque necesitamos más evidencia científica para apoyar los beneficios del yoga para la vida sexual, la semilla está ahí. Hasta que la investigación futura pueda darnos más datos, probarlo por nosotros mismos podría resultar tremendamente enriquecedor, y nuestros músculos pélvicos definitivamente nos lo agradecerán.

 

 

Referencia: Yoga in Female Sexual Functions. Article (PDF Available) in Journal of Sexual Medicine 7(2 Pt 2):964-70. 2009 DOI: 10.1111/j.1743-6109.2009.01580.x · Source: PubMed