Hace más de doscientos millones de años, la actividad volcánica propició cambios en las condiciones ambientales y fue un motor crucial en la evolución de grandes grupos de animales y plantas.
El surgimiento de los dinosaurios coincidió con cambios ambientales impulsados por grandes erupciones volcánicas hace más de 230 millones de años. Son las conclusiones de un nuevo estudio que se publica en la revista PNAS que analiza registros de sedimentos y plantas fósiles de un lago en la cuenca Jiyuan del norte de China. Los autores compararon pulsos de actividad volcánica con cambios ambientales significativos, incluido el clima de megamonzón que se vivió durante el Episodio Pluvial Carniano del Triásico Tardío (CPE). Durante dicho episodio, que tuvo lugar hace entre 234 y 232 millones de años, se experimentó un aumento en la temperatura y la humedad globales, lo que generó un impacto importante en el desarrollo de la vida animal y vegetal, coincidiendo con el establecimiento de las coníferas modernas.
Los resultados del análisis revelan cuatro episodios distintos de actividad volcánica durante este período de tiempo, siendo la fuente más probable las grandes erupciones volcánicas de la gran provincia ígnea de Wrangellia, cuyos restos se conservan en el oeste de América del Norte.
"En el espacio de dos millones de años, la vida animal y vegetal del mundo experimentó cambios importantes, incluidas extinciones selectivas en la fauna marina y la diversificación de grupos de plantas y animales en la tierra. Estos eventos coinciden con un notable intervalo de intensas lluvias conocido como Episodio Pluvial Carniano”, explica el profesor de Paleobotánica y Paleoambientes de la Universidad de Birmingham Jason Hilton. “Nuestra investigación muestra, en un registro detallado de un lago en el norte de China, que este período en realidad puede resolverse en cuatro eventos distintos, cada uno impulsado por pulsos discretos de poderosa actividad volcánica asociada con enormes liberaciones de dióxido de carbono a la atmósfera. Estos provocaron un aumento en la temperatura y la humedad globales”.
Los investigadores encontraron que cada fase de la erupción volcánica coincidía con una gran perturbación del ciclo global del carbono, con cambios climáticos importantes hacia condiciones más húmedas, así como la profundización del lago con la correspondiente disminución del oxígeno y la vida animal.
Los eventos geológicos de un período de tiempo similar en Europa Central, el este de Groenlandia, Marruecos, América del Norte y Argentina, entre otros lugares, indican que el aumento de las precipitaciones resultó en una expansión generalizada de las cuencas de drenaje que convergen en lagos o pantanos, en lugar de ríos u océanos.
"Nuestros resultados muestran que las grandes erupciones volcánicas pueden ocurrir en pulsos múltiples y discretos, lo que demuestra su poderosa capacidad para alterar el ciclo global del carbono, causar interrupciones climáticas e hidrológicas e impulsar procesos evolutivos", indica Sarah Greene, investigadora de la Universidad de Birmingham y coautora del trabajo.
Cambios ambientales que favorecen la diversificación
Emma Dunne, paleobióloga de la Universidad de Birmingham que no participó en el estudio, añade: “Este período relativamente largo de actividad volcánica y cambio ambiental habría tenido consecuencias considerables para los animales terrestres. En este momento, los dinosaurios apenas habían comenzado a diversificarse, y es probable que sin este evento nunca hubieran alcanzado el dominio ecológico que vemos en los siguiente 150 millones de años”.
El equipo de investigación investigó los sedimentos terrestres del pozo ZJ-1 en la cuenca de Jiyuan en el norte de China. Utilizaron datación con uranio y circonio, quimiostratigrafía de alta resolución, datos palinológicos y sedimentológicos para correlacionar las condiciones terrestres en la región con la actividad volcánica sincrónica a gran escala en América del Norte.
Referencia: ‘Volcanically-driven lacustrine ecosystem changes during the Carnian Pluvial Episode (Late Triassic)’ - Jing Lu, Peixin Zhang, Jacopo Dal Corso, Minfang Yang, Paul B. Wignall, Sarah E. Greene, Longyi Shao, Dan Lyu and Jason Hilton is published in Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Texto: Universidad de Birmingham