Los alimentos ultraprocesados representan el 80 % o más de la ingesta calórica diaria en uno de cada cinco niños y niñas en países industrializados.

 

Grasas saturadas. Exceso de azúcares. Niveles poco nutritivos de sal. Éstas son algunas de las características de los alimentos ultraprocesados que, además de no ser la mejor alternativa para la alimentación, están generando un problema severo de obesidad infantil en diversos países del mundo. Ésta es la razón.

 

Un patrón de consumo poco saludable

 

Si para un adulto el desgaste energético que representa metabolizar los alimentos ultraprocesados es elevado, acostumbrar a los niños a este tipo de alimentación repercute directamente en la relación que tienen con la comida. Motivados por esta preocupación, desde 2010, un equipo de científicos brasileños de la Universidad de Sao Paulo se ha dedicado a estudiar estas dinámicas.

 

A partir de la investigación, se dieron cuenta de que el organismo se somete a una serie de métodos físicos, químicos y biológicos poco naturales, que hacen que se desgaste más de lo que debería. A pesar de que en distintos países se posicionan como una alternativa barata para alimentar a los niños, a la larga, los costes para la salud infantil han demostrado ser graves.

 

Moldear a los niños a consumir este tipo de dietas poco nutritivas ha generado una epidemia de obesidad infantil, de acuerdo con la autora principal del estudio, Kiara Chang. Según los resultados del estudio, al alcanzar la edad adulta joven, ya cuentan con las peores trayectorias de adiposidad registradas en la historia.

 

Problemas cardiovasculares tempranos

 

Acostumbrar a las personas a este tipo de dietas desde edades tempranas tiene efectos en su desarrollo físico, que se manifiestan muy pronto en la vida. De acuerdo con Chang, las enfermedades cardiovasculares protagonizan estas consecuencias nocivas:

 

“Cada vez hay más pruebas que relacionan el consumo de refrescos, aperitivos envasados, panes de producción masiva y algunas comidas preparadas con obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, cáncer y otros problemas de salud en los adultos”, explica la experta.

 

Hoy en día, según Chang, la industria se está enfocando en sus consumidores más jóvenes, ya que ingieren mayor cantidad de alimentos ultraprocesados que los adultos. Según el estudio publicado en JAMA Pediatrics, significan “el 80 % o más de su ingesta calórica diaria en uno de cada cinco niños y niñas [en el Reino Unido], lo cual es muy preocupante”.

 

El índice de masa corporal de esta edad (entre los 7 y 24 años de edad) va en aumento en las generaciones más jóvenes. Esto no es una buena noticia para su desarrollo físico, ya que es muy probable que presenten dificultades metabólicas a edades mucho más tempranas comparativamente a los adultos actuales.