Más que nunca, parece que la Tierra tiene prisa: científicos de todo el mundo detectaron que gira más rápido sobre su propio eje.

 

La comunidad científica internacional se ha asombrado ante el más reciente registro de la velocidad de rotación del planeta Tierra. Pareciera que, últimamente, está girando más rápido que de costumbre, a un ritmo nunca antes visto. Durante la mayor parte de la humanidad, el tiempo se ha fijado por el ritmo del día y la noche, que genéricamente 24 horas.

 

A pesar de que estas ligeras modificaciones ya existían como consecuencia del paso de las estaciones, este ciclo constante ha gobernado el paso de los días, de las semanas, de los meses y de los años desde tiempos inmemoriales. Pareciera que este comportamiento del planeta está cambiando, y la ciencia podría tener una respuesta al porqué.

 

Nuestros días se acortan

 

La Tierra tiene dos movimientos principales en el espacio. El primero es el de traslación, que se define como la trayectoria que describe la Tierra en torno al Sol, y que da como consecuencia el año solar. El otro es el de rotación, que se entiende como el giro que hace ésta sobre su propio eje, y que produce el cambio entre el día y la noche.

 

Genéricamente, se estandarizó que un día tiene una duración aproximada de 86 mil 400 segundos, con una variación mínima en cada caso. Sin embargo, parece que este fenómeno natural se está acelerando. Con la implementación de relojes atómicos en los registros con respecto a la rotación del planeta, los astrónomos han sido capaces de registrar estos cambios hasta el milisegundos.

 

Recientemente, se detectó que los días son más cortos. El 19 de julio del año pasado, por ejemplo, se registró una reducción en 1 mil 4602 milisegundos, mucho más corto que el estándar. A pesar de que esto es cierto, los científicos planetarios parecen no estar alarmados por este cambio.

 

Vivir en tiempo real

 

 

Todavía no existe una respuesta contundente que explique esta aceleración en la rotación de nuestro planeta. Sin embargo, este hallazgo preocupa muy poco a los astrónomos, quienes le atribuyen un origen multifactorial. Entre ellos, se encuentran los niveles de nieve que existen y la erosión de las montañas.

 

Esto les ha llevado a cuestionarse si el impacto ecológico del calentamiento global ha promovido que el planeta vaya más rápido, ya que las capas del nieve en los polos se ha reducido drásticamente. La preocupación radica, más bien, en si deberíamos de ajustar los relojes del mundo al nuevo tiempo atómico, para poder vivir en “tiempo real”.