Un estudio apoyado por la NASA descubre que Marte no tiene suficiente dióxido de carbono para ser terraformado.

 

Durante casi un siglo, tanto los escritores de ciencia ficción como los científicos, han explorado extensamente el concepto de terraformación. Al igual que poner un pie en otro planeta o viajar a la estrella más cercana, la idea de alterar un planeta inhabitable para que sea adecuado para los humanos es un sueño que muchos esperan ver cumplido algún día. En la actualidad, gran parte de esa esperanza y especulación está dirigida a nuestro planeta vecino, Marte. Elon Musk quiere hacerlo. La NASA quiere hacerlo...

 

Pero, ¿es realmente posible terraformar Marte utilizando nuestra tecnología actual? Según un nuevo estudio patrocinado por la NASA, la respuesta es no.

 

En pocas palabras, argumentan que no hay suficiente dióxido de carbono (CO2) para calentar Marte y este es un paso crucial en cualquier proceso de terraformación.

 

El estudio, publicado en la revista Nature Astronomy, fue llevado a cabo por Bruce Jakosky, profesor de ciencias geológicas y director asociado del Laboratorio de Física Atmosférica y Espacial en la Universidad de Colorado, Boulder, y Christopher S. Edwards, profesor asistente de ciencias planetarias en la Universidad del Norte de Arizona (EE. UU.) y líder del Edwards Research Group.

 

¿Cómo podemos Terraformar Marte?

 

Se han sugerido muchos métodos para volver verde a nuestro vecino planeta rojo. Muchos de estos métodos requieren el calentamiento de la superficie para derretir los casquetes polares, lo que liberaría una cantidad abundante de CO2 para espesar la atmósfera y desencadenar un efecto invernadero. Esto a su vez provocaría la liberación de CO2 adicional del suelo y minerales, reforzando aún más el ciclo.

 

Según muchas propuestas, a esto le seguiría la introducción de organismos fotosintéticos como las cianobacterias, que convertirían lentamente el CO2 atmosférico en oxígeno gaseoso y carbono elemental. Este mismo método fue sugerido en un estudio de 1976 de la NASA. Desde entonces, múltiples estudios e incluso equipos de estudiantes han propuesto el uso de cianobacterias para terraformar Marte.

 

Sin embargo, después de realizar su análisis, los investigadores concluyeron que desencadenar un efecto invernadero en Marte no sería tan simple como parece. Examinaron más de 20 años de datos acumulados por múltiples observaciones de naves espaciales de Marte.

 

"Estos datos han proporcionado nueva información sustancial sobre la historia de materiales fácilmente volátiles como CO2 y H2O en el planeta, la abundancia de volátiles encerrados y debajo de la superficie, y la pérdida de gas de la atmósfera al espacio", explica Edwards.

 

 Marte se formó en lo que hoy es el cinturón de asteroides

Para determinar si Marte tenía suficientes gases para un efecto invernadero, los expertos analizaron datos del Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) de la NASA y la nave espacial Mars Odyssey para determinar la cantidad de minerales que contienen carbono en el suelo marciano y CO2 en los casquetes polares.

 

"El dióxido de carbono (CO2) y el vapor de agua (H2O) son los únicos gases de efecto invernadero que probablemente estarán presentes en Marte en abundancia suficiente como para proporcionar un calentamiento significativo del efecto invernadero. Nuestros resultados sugieren que no hay suficiente CO2 en Marte para proporcionar este calentamiento; Además, la mayor parte del gas CO2 no es accesible y no se puede movilizar fácilmente. Como resultado, la terraformación de Marte no es posible con la tecnología actual", sentencia Jakosky.

 

Aunque Marte tiene cantidades significativas de hielo de agua, los análisis previos han demostrado que el vapor de agua no podría mantener un efecto invernadero por sí mismo. En esencia, el planeta es demasiado frío y la atmósfera demasiado delgada para que el agua permanezca en un estado vaporoso o líquido durante mucho tiempo. Según el equipo, esto significa que primero tendría que haber un calentamiento significativo que involucre CO2.

 

Estiman, además, que sería necesaria una presión de CO2 similar a la presión atmosférica total de la Tierra para elevar las temperaturas lo suficiente como para permitir que el agua permanezca en estado liquido.

 

El acceso a los minerales que contienen carbono en las profundidades de la corteza marciana podría ser una posible solución, pero la profundidad de estos depósitos es actualmente desconocida. Además, recuperarlos con la tecnología actual sería increíblemente costoso y consumiría mucha energía, por lo que la extracción sería muy poco práctica. Sin embargo, se han sugerido otros métodos, que incluyen la importación de compuestos a base de harina y sustancias volátiles como el amoníaco.

 

Al final, parece que cualquier esfuerzo para terraformar Marte tendrá que esperar el desarrollo de tecnologías futuras y métodos más prácticos. Y aunque la transformación del Planeta Rojo para que sea adecuado para las necesidades humanas puede no ser posible en el futuro cercano, es posible que el proceso comience dentro de unas pocas décadas. Puede que no nosotros no lo veamos, pero eso no significa que el sueño de hacer un "gemelo de la tierra" que realmente haga honor a su nombre no se haga realidad.

 

Referencia: Bruce M. Jakosky et al. Inventory of CO2 available for terraforming Mars, Nature Astronomy (2018). DOI: 10.1038/s41550-018-0529-6