La música se detiene, la pista se abre y una de las tradiciones de boda más famosas está por tener lugar. Al centro, la novia luce emocionada con uno de los objetos más preciados y envidiados de la noche: el ramo.

 

Este bello bouquet captura todas las miradas de hermosas y solteras mujeres que, sin importar sus tacones de más de 10 cm o sus vestidos hasta el piso, están listas para brincar, estirar los brazos y lograr tener en sus manos estas flores que les prometen ser la siguiente en casarse.

 

Este momento no sólo es uno de los favoritos de las bodas sino también forma parte de una tradición que se repite desde la Edad Media. Bueno, en realidad, en ese tiempo, la novia no lanzaba tal cual un ramo de flores sino más bien su vestido era el que sufría la emoción de los invitados. Te explicamos.

 

¿Por qué las novias lanzan el ramo?

En Época Medieval, el vestido de novia era considerado un objeto de buena suerte en el amor. En un primer momento, tocar esta bella y amplia prenda era suficiente para tener un poco de esta buena fortuna.

 

No obstante, para algunas personas rozar la tela no era suficiente, por lo que comenzaron a ir más lejos hasta el punto de querer un retazo del vestido.

 

Para evitar que su vestido fuera destrozado por los invitados esperanzados y ansiosos por tener un poco de su buena suerte, las novias comenzaron a lanzar su ramo y huir.

 

De esta forma, no sólo escapaban del peligro de que su atuendo fuera desgarrado, sino también podían otorgarles a los presentes un objeto con suerte, por el simple hecho de haberlo utilizado durante sus nupcias.

 

De acuerdo con el experto en bodas Eddie Zaratsian la tradición del lanzamiento de ramo se creó como una opción para brindar suerte a los invitados sin llegar a medidas tan extremas como arrancarle partes al vestido.

 

Además, el ramo nupcial no sólo se coronaba como un objeto con suerte. A lo largo de los años fue sumando un significado más profundo que no sólo simbolizaba buena fortuna en el amor, sino también pureza y fertilidad, aspectos atractivos para aquellos que estaban ansiosos por contraer matrimonio y empezar una familia.

 

En la antigüedad, las novias realmente no llevaban tan elaborados y hermosos bouquets como los de ahora. De hecho, lo que portaban eran hierbas aromáticas para mantener alejados a los malos espíritus que pudieran afectar la felicidad de su recién unión matrimonial.

 

Con el paso del tiempo, se agregaron flores a estas hierbas. Sin embargo, esto no sólo se hizo por la belleza natural de las flores, sino porque se creía que varias de ellas podían transmitir buenas cosas a la novia, como el azahar que simboliza pureza.

 

Poco a poco estos arreglos florales fueron sumando más colores, texturas y diseños hasta el día de hoy en donde incluso existen hermosos ramos de suculentas.