UN ESTUDIO ENCONTRÓ 24 PLABETAS QUE PODRÍAN SER ‘SUPERHABITABLES’ Y PERMITIR LA EXPLOSIÓN DE MÁS FORMAS DE VIDA QUE LA TIERRA.

 

Sí: la Tierra es el mejor sitio del Universo para las especies que durante millones de años, evolucionamos a partir de las formas más primitivas de vida gracias al calor del Sol, la formación de una atmósfera y los elementos que dieron forma a los compuestos orgánicos en este planeta rocoso y tibio.

 

Sin embargo, eso no significa que la Tierra sea el lugar más apto en todo el cosmos para albergar vida.

 

Una investigación dirigida por Dirk Schulze-Makuch, geobiólogo experto en habitabilidad planetaria, analizó las condiciones de los 4 mil 500 exoplanetas conocidos hasta ahora en busca de mundos con mejores condiciones para el desarrollo de vida que el nuestro.

 

El resultado reveló 24 planetas contendientes a ser ‘superhabitables’, todos a más de 100 años luz de distancia.

 

Y aunque parece extraño plantear esta búsqueda debido a que la única referencia de vida proviene de nuestro planeta, los científicos involucrados en el estudio consideran que a partir de distintos criterios de habitabilidad, es posible encontrar planetas ‘superhabitables’ con mejores características para el desarrollo de seres vivos que la Tierra:

 

“La referencia a la Tierra como el planeta más adecuado para la vida también podría considerarse antropocéntrica y geocéntrica y sería contraria al Principio Copernicano”, es decir, a la máxima de que nuestro planeta no ocupa un sitio privilegiado en el Universo y por lo tanto, es uno más de entre miles de millones de posibles mundos habitables.

 

Uno de los criterios más importantes a tomar en cuenta fue la edad de la estrella que alimenta de luz y calor a los planetas candidatos.

Los astrónomos consideran que los mundos que orbitan soles con una vida mucho más larga que la de nuestro Sol pueden ser más aptos para la vida. A partir del ejemplo terrestre (donde la vida tardó aproximadamente 4 mil millones de años en surgir) los autores del estudio sugieren que un Sol con más combustible puede vivir lo suficiente para permitir el desarrollo de seres complejos, un estadio que calculan entre entre 5 mil millones y 8 mil millones de años desde la formación de un planeta.

 

Además, los astrónomos buscaron mundos más grandes, húmedos y calientes que la Tierra a partir de un principio sencillo: un planeta más grande puede contener mayor espacio para la vida.

 

Y si se trata de humedad y calor, establecieron que un mundo cinco grados celsius más cálido resulta mejor para la vida que el nuestro. El mejor ejemplo de lo anterior –explican– es la explosión de biodiversidad que existe en las selvas de todo el mundo, en contraste de las áreas más frías de la Tierra.

 

No obstante, ahora mismo resulta imposible saber si alguno de estos mundos contiene vida en su interior. Con la siguiente generación de telescopios cada vez más potentes, como el James Webb de la NASA (próximo sustituto de Hubble) y LUVIOR, las observaciones a exoplanetas ubicados a cientos de años luz de distancia permitirán corroborar estos datos y aprender más de los mundos rocosos y su potencial para albergar vida.