Se trata de un delicado fósil de hace 99 millones de años. Es el primer fósil de bebé serpiente conocido.

 

Los primeros restos fósiles conocidos de una cría de serpiente han aparecido en un trozo de ámbar encontrado en Myanmar. La criatura, una nueva especie llamada Xiaophis myanmarensis, sufrió su prematura desaparición hace unos 99 millones de años, durante el Período Cretácico (que comenzó hace 145 millones de años y terminó hace 66,4 millones de años), según informa un equipo internacional de investigadores en su artículo publicado en la revista Science Advances.

 

¿Cómo sabemos que es una serpiente bebé?

 

Obviamente, ante todo, es muy pequeño. El fósil, al que solo le falta el cráneo, mide aproximadamente 5 centímetros de largo. En total, la serpiente probablemente tendría menos de 8 centímetros de longitud. Además, su formación ósea incompleta coincide con lo que podemos ver hoy en día en las serpientes neonatales.

 

¿Nadie ha encontrado una serpiente fosilizada antes?

 

El registro fósil de serpientes ha sido notoriamente escaso hasta aproximadamente los últimos 20 años, según comenta Michael Caldwell, paleontólogo de la Universidad de Alberta en Edmonton (Canadá) y coautor del trabajo.

 

Las serpientes no se conservan nada bien en general. Y esta serpiente bebé es especialmente delicada, con 97 vértebras tan delgadas como un barquillo de cucurucho y están ensambladas en solo 47 milímetros de esqueleto.

 

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"Incluso si se conservara algo tan pequeño en el registro fósil, en los cánones habituales de preservación fósil, nunca lo encontrarías", aclara Caldwell. La roca sedimentaria aplastaría los frágiles restos y separaría las vértebras, lo que haría casi imposible de identificar al espécimen individualmente. Gracias a que esta pequeña cría tuvo la desgracia de quedar atrapada en la savia de ámbar pegajoso podemos contar actualmente con un esqueleto excepcionalmente preservado en 3D.

 

¿Qué puede enseñarnos este fósil?

 

Este fósil, más la piel de una serpiente más grande de una especie diferente, ofrecen la primera evidencia de que algunas serpientes de la era del Cretácico vivieron en los bosques. Esto no es necesariamente una sorpresa, dice Caldwell. En aquel momento de la historia de la Tierra, las serpientes se distribuían ampliamente por todo el mundo, pero con otros fósiles de serpientes no siempre obtenemos suficientes pistas para identificar el hábitat del animal en concreto. Debido a que el ámbar emana de un árbol, cualquier cosa conservada en su interior debe haber vivido cerca.

 

Los investigadores creen que la nueva especie Xiaophis myanmarensis, está relacionada con algunas serpientes modernas en el sudeste asiático.

 

El trozo de ámbar que sostiene a la serpiente bebé también tiene un trozo de piel cubriéndola que los investigadores creen que pudo haber pertenecido a una serpiente más grande. Sin embargo, no pueden decir si la serpiente es de la misma especie que el bebé, o si es algo completamente diferente.

 

De cualquier manera, teniendo en cuenta este increíble hallazgo, estamos seguros de que esta no será la última vez que escuchemos acerca de descubrimientos en ámbar de Myanmar pues los expertos habían recuperado previamente de Myanmar una cola de dinosaurio con plumas y un pajarito atrapados ámbar. Eso sí; hasta ahora nadie había encontrado una serpiente.

 

 

 

Referencia: Lida Xing et al. A mid-Cretaceous embryonic-to-neonate snake in amber from Myanmar, Science Advances (2018). DOI: 10.1126/sciadv.aat5042

 

La cría de serpiente se conservaba tan bien que los investigadores han sido capaces de estimar su edad por el estado de desarrollo de la médula espinal

 

Los restos fósiles de la nueva especie de serpiente prehistórica conservada en ámbar encontrada en Myanmar. Crédito imagen: Ming Bai, Academia de Ciencias de China