El aislamiento social se convirtió en parte de la nueva normalidad, pero los efectos del confinamiento prolongado no son positivos para el cerebro, según la ciencia.

 

La llegada del coronavirus al mundo cambió la forma de vivir de las personas con medidas para evitar contagios; una de ellas fue la cuarentena o el confinamiento social.

 

Aunque las restricciones sociales se han relajado en todo el mundo, hay casos en los que el confinamiento se extendió más de lo esperado.

 

La ciencia ya ha estudiado los efectos del confinamiento prolongado en el cerebro humano. Además de estar asociado a padecimientos como depresión o ansiedad, el encierro cambia la forma del órgano.

 

Entre 2016 y 2018, un equipo de científicos viajó a la Antártida para hacer trabajo de campo durante 14 meses. Cuando regresaron, la vida normal les resultó abrumadora.

Al mismo tiempo que los investigadores realizaban su trabajo, ellos fueron estudiados para descubrir los efectos de la privación física y social en el cerebro.

 

Ocho investigadores fueron analizados con una resonancia magnética antes y después del viaje. Los resultados arrojaron que el cerebro perdió volumen en regiones asociadas al a navegación espacial, el aprendizaje y el procesamiento emocional.

 

El estudio fue realizado solo a ocho personas que estuvieron expuestas a un ambiente extremo, por lo que no se puede determinar que los efectos sean los mismos al estar en una casa.

 

Sin embargo, el resultado fue similar a estudios previos en prisioneros aislados que desarrollaron estrés crónico y postraumático con afectaciones en la misma región del cerebro.

 

Además, otras investigaciones han asociado la pérdida de volumen en el hipocampo con la depresión, la cual también está relacionada con el confinamiento.

 

De acuerdo con Tim Heitland, uno de los investigadores aislados en la Antártida, el regreso al mundo cotidiano se sintió normal después de algunos días, pero todavía era extraño estar rodeado de personas, una sensación que duró al menos un año.

 

El efecto de aislamiento social también ha sido estudiado en ratones que presentaron comportamientos de agresividad relacionados al estrés.

 

En el caso de los astronautas enviados a la Estación Espacial Internacional, quienes también pasan largos periodos aislados, el efecto es diferente porque ellos fueron entrenados para la misión.

 

Sin embargo, una persona común no está preparada para pasar tanto tiempo en aislamiento y los efectos en el cerebro pueden causar afectaciones a largo plazo.

 

Las investigaciones de cambios en el cerebro por aislamiento social solo han mostrado los efectos, pero no han encontrado una forma de revertir el daño.

 

Las condiciones de aislamiento son distintas en cada caso, pero, en general, la evidencia científica ha demostrado que no es sano pasar tanto tiempo sin contacto social.