Antes de cumplir un año de edad, los perros pasan por un periodo adolescente en el que se vuelven rebeldes, igual que los humanos.

 

Biológicamente, los humanos pasan por un periodo de adolescencia, y en él que no solo experimentan cambios físicos sino también emocionales, por lo que se podría convertir en una etapa complicada.

 

Ser ‘rebelde’ es una característica muy popular dentro de la adolescencia, pero una investigadora conductual descubrió que no es exclusiva de los humanos: los perros experimentan un comportamiento similar.

 

Lucy Asher, autora principal del estudio, observó que los perros presentaban una tendencia a desobedecer a sus dueños aproximadamente a los 8 meses de edad.

 

De acuerdo con la investigadora, muchos dueños sienten que están fallando en educar a sus perros durante ese periodo y algunos los castigan, ignoran o hay quienes prefieren deshacerse de ellos.

 

Los perros adolescentes son los que más probabilidades tienen de ser abandonados u ocupar un lugar en un refugio animal porque los dueños creen que serán perros rebeldes para siempre sin posibilidades de educarlos.

 

Asher y su equipo monitorearon a 70 perros guías y pidieron a sus cuidadores que los calificaran de acuerdo a sus comportamientos de atención, apego y separación.

 

Los dueños evaluaron comportamientos como sentarse muy cerca de una persona todo el tiempo, presentar un vínculo particularmente fuerte con algún miembro de la familia o presentar síntomas de ansiedad, como temblores, cuando se sentían abandonados.

 

De acuerdo con la investigación, los perros con puntajes altos en cualquier tipo de comportamiento entraron a la adolescencia aproximadamente a los 5 meses, 3 meses antes del promedio.

 

Existen diferentes factores que ocasionan la adolescencia temprana en los humanos, pero una mala relación con los padres es uno de ellos.

 

En el caso de los perros, entrar a la adolescencia antes de tiempo también es un resultado de una relación tensa con sus dueños y podría afectar su desarrollo reproductivo.

 

Los investigadores también encontraron una tendencia desobediente en los perros adolescentes con sus dueños, pero no con otras personas.

 

Para comprobarlo, evaluaron a 69 perros guías diferentes del primer grupo; primero a los 5 meses y después a los 8. En ambos casos pidieron al cuidador y a un extraño que les dieran la orden de sentarse.

 

A los 5 meses, los perros obedecieron de igual forma; sin embargo, a los 8, se negaron a obedecer la orden de su dueño y solo siguieron la indicación del extraño.

 

Aquellos perros que no tenían tanto apego con sus cuidadores estuvieron mucho más dispuestos a seguir la orden del extraño en lugar de la de su dueño.

 

Tras analizar el comportamiento de 285 perros guía, los investigadores determinaron que es más sencillo entrenar a un perro postadolescente que a un adolescente.

 

Al igual que en las personas, la fase adolescente es temporal (y acaba mucho más rápido que en los humanos), pero podría servir como modelo para estudiar la pubertad humana.

 

Lo investigadores insisten en que la fase desobediente de los perros es temporal, por lo que hay que ser pacientes con sus cambios y después de un tiempo volverán a ser igual de obedientes y apegados que antes.