Puede que no lo creas, pero tus defensas podrían ser las culpables de la elección de tu pareja sexual.

 

¿QUÉ ES LO QUE MÁS TE ATRAE DE TU PAREJA?

 Aunque la respuesta puede variar enormemente según factores sociales y culturales, la edad y las experiencias sexuales previas, existe un mecanismo evolutivo que juega un papel crucial al momento de fijar tu mirada en alguien que te gusta. 

 

Puede que además de su físico, el color de sus ojos o la forma de sus labios, tu atracción a esa persona especial también se deba inconscientemente a las defensas de ambos, pero… ¿qué tienen qué ver las defensas con la elección de una pareja sexual?

 

COMPLEJO MAYOR DE HISTOCOMPATIBILIDAD: UNA TRAMPA SEXUAL

 

El complejo mayor de histocompatibilidad (MCH) es la base del sistema inmune de peces, pájaros y mamíferos: se trata del mecanismo que permite diferenciar a las defensas entre un patógeno potencialmente peligroso y las células propias del organismo.

 

Estas moléculas se encuentran en la superficie de las células y cuando se trata de seres humanos, son conocidas como antígeno leucocitario humano (HLA).

 

Gracias al HLA, el sistema inmune puede identificar virus y bacterias a tiempo y combatirlas para evitar su multiplicación. En algunos casos, como las vacunas, el HLA ayuda a reconocer un microorganismo a través de una versión atenuada del virus y neutralizarlo sin causar daño a nuestro organismo.

 

Este mecanismo es clave para la supervivencia de cualquier especie y los humanos no somos la excepción: desarrollar un sistema inmunológico cada vez más completo es asegurar la continuidad de la especie y la mejor forma que ha encontrado la naturaleza para hacerlo es a través de la reproducción sexual.

 

ENTONCES, ¿CÓMO INTERVIENE EL HLA EN LA ELECCIÓN DE UNA PAREJA SEXUAL?

 

La respuesta de la naturaleza y la evolución para mejorar el sistema inmune provoca que los mamíferos se sientan más atraídos a ejemplares con defensas completamente distintas a las propias para tener sexo.

 

En el caso de los humanos, un estudio publicado en la revista especializada Nature determinó que el HLA interviene directamente en la elección de pareja, demostrando que los niveles de deseo y de satisfacción sexual aumentan cuando el HLA de la pareja sexual es distinto.

 

No sólo eso: los investigadores demostraron indirectamente que este fenómeno, llamado compatibilidad inmunológica, se transmite parcialmente por señales olfativas que se desprenden de fluidos como la saliva, el sudor y la orina.

 

Aunque aún no están del todo claros los mecanismos precisos con los que se transmite y capta la diferencia entre el AHL de una y otra persona, el complejo mayor de histocompatibilidad provoca que algunos olores corporales resulten más agradables y atractivos que otros, siempre que tengan un código genético distinto que ofrezca mayores defensas a los posibles descendientes.

 

Esta puede ser la razón por la que te sientes poderosamente atraído a una persona que a priori, no te parece la mejor opción.

 

La explicación desde una perspectiva evolutiva aclara el asunto: si dos personas con un AHL distinto se atraen, entonces los genes tendrán una mayor probabilidad de heredar un catálogo que ofrezca mayor resistencia a enfermedades a los descendientes de este encuentro sexual y por lo tanto, favorecerá individuos más sanos y longevos.