Según el Diccionario de la Real Academia Española (RAE), la palabra libido hace referencia al "deseo sexual, considerado por algunos autores como impulso y raíz de las más varias manifestaciones de la actividad psíquica".

 

Acuñada por Sigmund Freud

 

Esta definición alude muy probablemente a Sigmund Freud, quien acuñó este término en el siglo XIX. Se empezó a emplear como tecnicismo en medicina y psicología, para pasar después a generalizarse en el lenguaje corriente. “La libido sigue los caminos de las necesidades narcisistas y se adhiere a aquellos objetos que aseguran la satisfacción de las mismas”, escribió el padre del psicoanálisis en su libro El porvenir de una ilusión (1927).

 

Deseo desmesurado

 

Un aspecto curioso es que, en un primer momento, la palabra libido no tenía nada que ver con el sexo: en origen es un vocablo latino y significa `deseo desmesurado´. Se aplicaba por ejemplo a la conducta de los emperadores romanos, muy propensos a cometer excesos de todo tipo. Hoy día, sin embargo, la palabra libido es prácticamente equivalente a deseo sexual.

 

Errores comunes que todos hemos cometido

 

A nivel lingüístico, existen algunos errores comunes en el empleo del término. Uno muy frecuente y que recoge el Diccionario panhispánico de dudas de la RAE  es el pronunciar o escribir la palabra como si fuera esdrújula -acentuada en la primera sílaba-, y no llana - acentuada en la segunda sílaba-.

 

Por otro lado, aunque termina en `o', la palabra es femenina y como tal le preceden artículos femeninos: `la libido' y no es correcto decir `el libido'. Por último, la palabra libido es con `b', ya que `lívido' significa "amoratado o excesivamente pálido".

 

Otros términos curiosos

 

De la palabra libido se deriva el término libidinoso, que hace referencia a personas “lujuriosas, lascivas, propensas a los placeres sexuales”. Otra palabra relacionada que quizás no conocías es ‘sicalíptico’, derivada de ‘sicalipsis’ y que el Diccionario de la Real Academia Española define como “malicia sexual o picardía erótica”. Estos términos se usaban mucho en el argot teatral y literario español de la primera mitad del siglo XX.

 

De hecho, el arte sicalíptico es una denominación que se refiere al conjunto de manifestaciones artísticas o seudoartísticas relacionadas con la seducción sexual. Se dio entre finales del siglo XIX y los primeros años del XX y se practicaba en teatros y cafés.

 

Lujuria tampoco era un término sexual

 

Otra palabra que en origen carecía de connotaciones sexuales es lujuria y, de hecho, en el Diccionario de la Real Academia Española se contemplan dos acepciones: “deseo excesivo del placer sexual” y “exceso o demasía en algunas cosas”. Efectivamente, el término lujuria procede del latín ‘luxuria’ que a su vez procede de ‘luxus’ y significaba lujo desmedido.

 

De la misma forma que el término libido se asociaba a la vida llena de excesos de los emperadores romanos, el significado de la palabra lujuria tenía relación con los derroches y excesos de la gente más rica en la época de la Antigua Roma. Dichos excesos también incluían todo tipo de vicios y perversiones sexuales.