Hace algunas semanas, el laboratorio Pfizer anunció los avances en su vacuna contra el COVID-19, dando así una esperanza al mundo.

 

Ahora, otra compañía también ha logrado resultados positivos en su investigación y su vacuna podría estar muy cerca de ser aprobada para su aplicación, por los organismos de salud.

 

El laboratorio farmacéutico estadounidense Moderna Inc. y el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas del mismo país (NIAID por sus siglas en inglés) anunciaron este 14 de julio que su invención conjunta, denominada ARNm-1273, había obtenido conclusiones favorables en su etapa inicial.

 

El pasado mes de marzo se les aplicaron dos dosis del fármaco a 45 voluntarios, de entre 18 y 55 años y en óptimas condiciones de salud.

 

Dicha aplicación fue con 28 días de diferencia y se evaluó la respuesta de su organismo.

 

Para el día 57 se detectó que la vacuna había generado una reacción positiva, ya que los participantes desarrollaron anticuerpos neutralizantes en su torrente sanguíneo, es decir, moléculas que impiden que la infección se propague en el cuerpo.

 

Incluso, los científicos a cargo de la investigación detectaron que la respuesta producida por el sistema inmune fue similar a la que presentan las personas que se han recuperado de la enfermedad.

 

Ninguno de los voluntarios manifestó efectos negativos graves, aunque más de la mitad reportó tener síntomas similares a los de una gripe, como dolor de cabeza, fatiga, fiebre leve, escalofríos y dolor en el lugar de la inyección.

 

Afortunadamente, las molestias desaparecieron luego de un día. Además, este tipo de efectos secundarios suelen suceder con otras vacunas, por lo que los especialistas consideran que no interferirá con los ensayos.

 

Tras estas conclusiones, Moderna Inc. anunció que la vacuna candidata comenzará su última etapa de pruebas alrededor del 27 de julio.

 

En esta fase, se le aplicará el antídoto a 30.000 personas en 87 locaciones de Estados Unidos.

 

Entre los participantes habrá adultos de edad avanzada o con padecimientos preexistentes, para así evaluar la respuesta que la vacuna tiene en la población vulnerable ante el COVID-19.

 

Los resultados de este ciclo podrían estar listos a finales del 2020.

 

El producto del laboratorio no hizo uso del virus debilitado o inactivo como se realiza tradicionalmente, sino que se utilizó material genético llamado ARN, mensajero que ocasiona que las células produzcan la proteína espiga del coronavirus.

 

Anthony Fauci, principal epidemiólogo de la Casa Blanca, declaró a The Associated Press:

 

No importa cómo lo veas, estas son buenas noticias.

 

Tras estos favorables resultados, se espera que la vacuna esté lista en los últimos meses de 2020 o a inicios del 2021.