La OMS asegura que el virus que provoca la COVID-19 se transmite a través de las gotitas respiratorias que expulsa un infectado, pero no por las partículas suspendidas en el aire.

 

Así lo contempla el último informe de la Organización Mundial de la Salud titulado “Modos de transmisión del virus que causa la COVID-19”, donde aclara de qué forma se transmite el virus y cómo no lo hace, a través del aire y otros medios, a pesar de que algunos expertos sugieren que es posible y se recomienda que los médicos y las enfermeras tomen precauciones.

 

Hasta ahora sabemos que para que tenga lugar la transmisión del virus, la persona contagiada debe encontrarse a un metro de distancia de otra y toser o estornudar. Esto sí supone un riesgo de contagio. Además, el nuevo coronavirus también se puede propagar si se toca una superficie que previamente ha tocado un paciente infectado con el virus o se tocan herramientas u objetos que haya utilizado el paciente como, por ejemplo, un termómetro.

 

La OMS explica que la transmisión por el aire tiene lugar cuando hay presencia de microbios dentro de los núcleos de gotas, que pueden permanecer en el aire durante largos períodos de tiempo y con posibilidad de transmitirse a una distancia superior de un metro y, por ende, contagiar a otros. Pero este organismo insiste en que existe poca evidencia científica de su transmisión vía aérea salvo en casos muy específicos durante los tratamientos hospitalarios como intubación endotraqueal, broncoscopia, ventilación manual antes de la intubación o cuando se practica traqueotomía o reanimación cardiopulmonar, entre otros.

 

"HECHO: # COVID19 NO está en el aire", declaró la OMS en un tuit. "El #coronavirus se transmite principalmente a través de gotitas generadas cuando una persona infectada tose, estornuda o habla".

 

Sin embargo, un estudio realizado por más de una docena de expertos de salud que trabajan codo a codo con los Laboratorios Rocky Mountain del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, encontró que "la transmisión por aerosol del SARS-CoV-2 es plausible, ya que el virus puede permanecer viable e infeccioso en aerosoles durante horas ".

 

La investigación, publicada en la revista New England Journal of Medicine, expone que el virus se podría haber propagado por el aire en una iglesia del estado de Washington (la Iglesia Presbiteriana de Mount Vernon) donde un ensayo del coro a principios de marzo fue considerado como la causa de un brote fatal de coronavirus, asegura Jamie Lloyd-Smith, profesor de UCLA e investigador de enfermedades infecciosas.

 

Otro estudio de principios del mes de marzo realizado en Singapur también sugirió "que las pequeñas gotas cargadas de virus pueden ser desplazadas por los flujos de aire y depositadas en equipos como los respiraderos". Y un estudio no revisado por pares de China declaró que la unidad de cuidados intensivos, la unidad de cuidados coronarios / cardíacos y las habitaciones de pacientes generales en un hospital de Wuhan y la sala de pacientes dentro de otro "tenían una concentración de SARS-CoV-2 no detectable en el aire".

 

La OMS reafirma su postura

 

Aún así, la OMS insiste en que no hay pruebas suficientes para demostrar que COVID-19 es transmisible como un patógeno en el aire. De hecho, la organización ha puesto en duda el estudio de Estados Unidos, afirmando que el experimento utilizó "una máquina de alta potencia que no refleja las condiciones normales de tos humana". Además, aunque ese estudio señalaba la aparición del coronavirus en partículas de aerosol durante un máximo de tres horas, lo que no refleja un entorno clínico donde se producen aerosoles, dice la OMS.

 

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades también han señalado que "la contribución de pequeñas partículas respirables, a veces llamadas aerosoles o núcleos de gotas, a la transmisión de proximidad es actualmente incierta".

 

La OMS reitera las recomendaciones -vitales- para la población general de lavarse frecuentemente las manos, toser en el codo, no tocarse los ojos ni la nariz ni la boca, desinfectar habitualmente el entorno, mantener la distancia de mínimo un metro con otras personas y evitar el contacto sin protección con personas con fiebre u otros síntomas respiratorios.