Artistas fallidos, de mera moda o formalistas zombies, así como curadores y galeristas del siglo XXI están lucrando con el mercado que formó el arte histórico del siglo XX.

(Kevin Aragón) La experiencia comienza a las faldas del cerro, de donde arranca la peregrinación de visitantes que han esperado por casi una hora para poder ascender hasta el Castillo de Chapultepec. Mientras ellos suben, el sol hace lo contrario, sumiendo en las sombras la imagen de Anáhuac, encendiendo la costelación de ventanas en la vertiginosa urbe. Hay que ir bien abrigados, entre más alto, más cala el frío.